La sensación de libertad es algo que todos anhelamos y valoramos profundamente, pero ¿realmente somos libres en la sociedad en la que vivimos? A menudo nos sentimos atrapados en una jaula, limitados por prejuicios, convencionalismos sociales y el miedo a lo desconocido. ¿Cómo es de grande tu jaula? ¿Te sientes libre o atrapado?
Aunque tenemos la capacidad de tomar decisiones y hacer elecciones, a menudo nos sentimos presionados a seguir ciertas normas y expectativas establecidas por la sociedad. Nos dicen cómo debemos vestirnos, cómo debemos hablar, cómo debemos comportarnos y hasta cómo debemos pensar. Todo esto puede hacer que nos sintamos restringidos y sin libertad para ser verdaderamente nosotros mismos. ¿Te has sentido alguna vez presionado a seguir ciertas normas y expectativas? ¿Has sacrificado tu verdadera identidad para encajar en la sociedad?
Además, la sociedad a menudo nos presenta una serie de prejuicios y estereotipos que nos condicionan y nos hacen sentir que debemos encajar en una cierta norma. Estos prejuicios pueden basarse en la raza, el género, la orientación sexual, la edad, la apariencia física y muchos otros factores. Todos estos prejuicios nos limitan y nos impiden ser libres para ser quienes realmente somos. ¿Te has sentido alguna vez limitado por prejuicios o estereotipos? ¿Has dejado de ser tú mismo para encajar en lo que se espera de ti?
Por otro lado, también están las convencionalismos sociales, que son las normas y expectativas que se han establecido en nuestra sociedad y que a menudo son seguidas sin cuestionar. Estos convencionalismos pueden ser tan simples como decir «por favor» y «gracias», o pueden ser más profundos y tener un impacto en nuestras vidas de manera más significativa. A menudo nos sentimos presionados a seguir estas normas y expectativas, incluso si no estamos de acuerdo con ellas o si nos hacen sentir incómodos. ¿Te has sentido alguna vez presionado a seguir normas y expectativas que no compartes? ¿Te has sentido incómodo siguiendo ciertas convenciones sociales?
Por último, también está el miedo a lo desconocido, que a menudo nos impide ser verdaderamente libres. Nos aferramos a lo conocido y familiar, incluso si eso significa perder una oportunidad de descubrir cosas nuevas y crecer como personas.
En resumen, aunque a menudo pensamos que somos libres en nuestra sociedad, en realidad estamos limitados por prejuicios, convencionalismos sociales y el miedo a lo desconocido. Aunque podemos tomar decisiones y hacer elecciones, a menudo nos sentimos como un pájaro que vuela libre dentro de una jaula. El nivel de comfort que tengas depende de lo grande que sea la jaula en la que vuelas. ¿Y tu jaula, cómo es de grande?