Como una puta
La cabecita de Eva asomó por la puerta entreabierta y me señaló con los ojos:
—El jefe quiere que vayas.
Dejé la Coca Cola light encima de la mesa. Y me encaminé rápidamente al encuentro del jefe, no sin antes comprobar que mi ropa estaba en perfectas condiciones. La imagen era una de sus normas que …